Hoy comparto un hermoso texto para reflexionar sobre este aspecto tan importante:
«Renunciar es difícil, se dice. Pero la renuncia también desata y libera. Resulta difícil si uno mira hacia atrás. Entonces parece una pérdida. Sobre todo, si viene impuesta.
Pero cuando nos dedicamos a una misión que nos significa algo, cuando queremos alcanzar una meta que es importante para nosotros, renunciamos a muchas cosas que obstaculizan el cumplimiento de ello. La renuncia es entonces el precio de la ganancia.
Hay algo más: con la renuncia nos crecemos y, por raro que suene, ganamos en equilibrio anímico. Quien no ha renunciado puede poco y sigue siendo un niño en muchos aspectos»
Bert Hellinger