Hoy os comparto en este post un texto interesante sobre la congruencia y la serenidad que podemos alcanzar con ella.
«El equilibrio de la vida humana se mantiene entre el pensar, el sentir y el querer; querer de voluntad, de acción. Yo pienso, yo siento, yo quiero, yo hago.
Elegir la acción correcta, la acción coherente con nuestros pensamientos o intuiciones es el camino, como dicen los chamanes, del ser humano “impecable”. El pensar, el sentir y el hacer alineados.
Cuando hacemos lo contrario de lo que pensamos o sentimos, o nos reprimimos, nos falla la voluntad.
Cuando nos obligamos a hacer algo, desde el “tengo que” o el “debo de”, me paso de frenada y entro en el “voluntarismo”, que es algo muy distinto a la voluntad, me obligo, me fuerzo a hacer; con frecuencia quiero caer bien.
Cuando pongo en acción la voluntad, elijo hacer esto y lo hago, sin hacer daño, sin agredir, desde la autoafirmación. En ese momento, internamente, me estoy curando.
La voluntad tiene que ver con esforzarme pero sin forzarme, ayudando, poco a poco, a transformar mi vida… y la vida de las personas que me rodean.»
Dr. Karmelo Bizkarra

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