La rutina en ocasiones nos lleva a pensar en otro tipo de vida que anhelamos donde la aventura, el riesgo y la incertidumbre están más presentes. Nuestra existencia sería altamente valorada si supiéramos hacernos preguntas más interesantes como por ejemplo ¿cuál es el mejor momento del día? ¿qué es divertido ver?
Esta semana tuve oportunidad de hojear «El libro de la almohada» de Sei Shonagon donde la autora comparte ocurrencias, reflexiones y anécdotas como dama al servicio de la emperatriz en el Palacio Imperial de Kioto.
Su status de vida era alto aunque muy rutinario. En este diario cuenta como un viaje de un día para escuchar un sermón en un templo era el mayor viaje que había realizado nunca, o como parte de su trabajo consistía en estar en silencio la mayor parte del tiempo viendo a las mismas personas día tras día. Sin embargo en su libro transmite todo lo contrario.
En una parte del libro se hace preguntas como ¿Cuál es el mejor momento del día? y responde: «En verano de noche cuando llueve. En primavera el alba, cuando amanece y estoy observando la escarcha en las ramas de un ciruelo» A simple vista resulta algo sencillo aunque Sei se enfoca hacia esos pequeños momentos y les da un gran valor, los convierte en profundas fuentes de satisfacción.
Dan ganas de comenzar a preguntarse ¿Te animas?