Hoy en este rincón de gestión del cambio quiero compartir con vosotros un poema de Chantal Maillard, una escritora a la que sigo y que nunca deja indiferente con sus letras. Espero que lo disfruteis tanto como yo.
CONJURO PARA LIBERARSE DE PROMESAS INÚTILES
Por este sacramento: el poder de los versos
mientras se va tejiendo,
decido liberarme de todas las promesas
que me hice al nacer,
sobre todo de aquella tan fielmente cumplida:
vengarme de la Historia que se sirve
de nuestras voluntades para perpetuarse.
Desestimé, para ello, todos los argumentos
y en especial aquellos que tuvieran
un feliz desenlace; dimití de mis cargos
en el mejor momento, destruí mis palacios,
quemé mis provisiones, dinamité los puertos,
los puentes y acueductos,
embarqué en un velero sin vela y sin timón,
herí a todo aquel que quiso amarme,
desatendí sus ruegos
y me entregué a quienes no me amaban,
atropellé al destino cuando le supe a punto
de apiadarse de mí,
busqué la más oscura de las cuevas
y en ella alimenté
al dragón que custodia mi firmeza.
El mundo ya no tiene
secretos para mí: conozco
las causas del delirio,
sé dormirme en el centro de la nada
y, al ritmo del silencio, acompasar el pulso
de un corazón quemado, mas aún vivo.
He muerto ya otras veces. Nadie puede dañarme
pues no hay deseo que inquiete mi espíritu
ni esperanza que adultere el instante.
He saldado mis cuentas con la Historia.
Seguirá condenando a otros inocentes.
Yo me libero aquí de todas mis promesas,
aquí me quedo, en pie, y decido que quiero
seguir viviendo, libre
de deudas y venganzas.